1. Reducción de la posibilidad de detener el vehículo a tiempo, para evitar un accidente e incluso pérdida de control del vehículo.
  2. No hay peligro al conducir a altas velocidades.
  3. Desgaste acelerado del motor del vehículo.
  4. Grave daño a las cubiertas delanteras del vehículo y al sistema de dirección.