- Cuando hay desgaste rápido del embrague y de la caja de cambios.
- El motor del vehículo está desgastado y no tiene capacidad de estabilizar el vehículo.
- Uso exagerado del cambio de marchas.
- Las fuerzas de frenado o la inercia sobrepasan la fuerza de agarre de la cubierta en el camino.